EL TEMPLO

Al acceder al interior el visitante se lleva una sorpresa: en lugar de una iglesia de tres naves encuentra un templo de planta elíptica, circundado por seis capillas, dos de ellas rectangulares y las restantes elípticas. Siete balcones se asoman desde el primer piso al espacio interior del templo, cubierto todo él por una enorme cúpula oval, que deja pasar la luz a través de sus óculos y de la linterna. 

Frente a la entrada principal se halla la capilla mayor, con el templete o altar-retablo exento y tras éste el coro monástico. El templete, que combina pintura y escultura, se atribuye al hermano jesuita Francisco Bautista, quien también realizó el retablo de la iglesia de la Compañía de Jesús en Alcalá. Con planta octogonal y dotado de dos cuerpos, el templete alberga en su parte inferior las esculturas sedentes de los cuatro evangelistas con sus atributos característicos. 

En el registro superior encontramos las tallas de San Gregorio, San Pablo, San Ambrosio, San Bernardo, San Agustín, San Pedro y San Jerónimo. Las esculturas del templete han sido atribuidas a Antonio de Herrera, aunque otros autores creen ver aquí la mano de Alonso Vallejo, Antón de Morales o Giraldo de Merlo. 

Las pinturas son de Angelo Nardi, como el resto de telas de la iglesia. Este pintor italiano, activo en Madrid, recibió en 1619 el encargo de decorar con pinturas la capilla mayor, el templete y las capillas del lado del evangelio y de la epístola . En la predela del templete Nardi representó escenas de la vida de San Bernardo y de santos o beatos de la orden del Císter. Un reciente estudio ha mostrado la influencia iconográfica de la obra Vita et Miracula, de 1587, sobre este ciclo.

 En las capillas laterales encontramos los siguientes lienzos, también de Nardi, partiendo de los pies del templo en sentido antihorario: la Adoración de los Pastores, la Adoración de los Reyes, la Resurrección, la Ascensión del Señor, la Circuncisión y la Asunción de Nuestra Señora. El orden actual no es el original. 

En la capilla mayor, de arriba a abajo en el testero, podemos ver: la Coronación de la Virgen, la Anunciación (en dos lienzos), la “Lactatio” de San Bernardo, la Imposición de la casulla a San Ildefonso, la Inmaculada, Santa Humbelina y Santa Lutgarda. En el lado de la epístola: Santo Domingo, la Crucifixión de San Pedro y el Martirio de San Esteban. En el lado del evangelio: San Francisco, la Conversión de San Pablo y el Martirio de San Lorenzo.

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